20.9.07

Selecciones

Dice Eduardo Galeano en su obra El fútbol a sol y sombra que no entiende como Gales o Escocia tienen su propia selección de fútbol, mientras "en España, con múltiples nacionalidades, no puede haber más equipos". El escritor uruguayo, poco sospechoso de separatista, independentista o radical, expresa una inquietud que vuelve a la actualidad tras la famosa guerra de camisetas en el Congreso.
Ridícula puesta en escena de este conflicto, pero muy efectiva si lo que se quería era sacudir los "sentimientos" de los que hablaron los diputados nacionalistas. Difícil de entender para quien siempre sintió una camiseta –la roja- como suya, pero mucho más fácil para el que no se emociona con ella. Para el que no lo hace al menos con esa afición que insiste en animar a su equipo con capotes, trajes de luces, castañuelas y bombos. Para quien no comprende a aquellos que en su intención de animar a su equipo favorito lucen banderas españolas en un partido de la Liga española contra un equipo español (¡cómo alucinan los extranjeros cuando se dan cuenta!).
Es tan simple como eso: sentimiento. Perdonen, pero hay quien no puede emocionarse ni identificarse con la selección española, pero sí se emociona con su propio himno, sus propios colores… Eso no impide, sin embargo, que uno se alegre cantidad de veces de las victorias de la selección española, más viendo el comportamiento ejemplar del baloncesto o el balonmano. Pero es diferente. No es lo mismo. No saldría a celebrarlo. Impresiona, alegra, pero no emociona.
PP y PSOE, tan separados últimamente en todo, se unen ahora para evitar una modificación de la Ley del Deporte que posibilitaría la creación de selecciones autonómicas oficiales. Se equivocan. Escocia o Gales, con una autonomía politica infinitamente menor a la de Euskadi, Cataluña o Galicia, siempre han tenido sus propias selecciones nacionales. Eso sí, nadie duda de que Escocia o Gales sean una nación pese a que dependen de la Reina de Inglaterra y tienen escasa capacidad de decisión más allá de Westminster. Pero juegan al fútbol y al rugby. Son alguien, están representados.
Y no me vengan con disculpas. ¿Que si Cataluña, Euskadi o Galicia tendrían que tener liga propia? Tres equipos de Gales compiten en la liga inglesa y hace años que sueñan con organizar una competición británica incluyendo al Celtic y al Rangers.¿Qué sólo se pueden aceptar selecciones cuyos estados son reconocidos por el Comité Olímpico Internacional? El Reino Unido compite bajo una misma bandera en los Juegos.
Y es que Escocia y Gales son un equipo, y en consecuencia, un país, una nación. Nadie lo niega. El fútbol es así. Crea fronteras. Piénsenlo. El fútbol, como el circo para los romanos, es evasión para el pueblo. Mientras canten y griten en el estadio no les darán tanto la vara en el Congreso. Piénsenlo. A lo mejor, lo que ustedes niegan es parte de la solución. A lo mejor, el separatismo deportivo supone mayor unión politica. El fútbol hace milagros.

*En castellano, para mi fiel lectora Aidutxi, para que no se pierda ni un mínimo detalle.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

É que a mim o do nacionalfutbolismo sempre me deu um pouco de repelús, nom muito mais que bandeiras e himnos, pero si algo mais. Que me parece moi bem que existam seleiçons nacionais, mas nom poderia evitar seguir esvozando um sorriso quando pasa-se polo bar onde um montom de gente estivese a berrar OEOEOE!!

aidutxi dijo...

¡Oeoeoeoe! ¡Dedicado! ¡Qué guay! ¡Qué estupendo el Mikel!
Muas!

Anónimo dijo...

De la misma manera que ni el Madrid, ni el Depor, ni el Barça, ni mi Sporting (¡que tiempos aquellos!)... representan a España cuando juegan competiciones europeas (nadie me quitará la alegría de ver al Madrid perdiendo 5-0 contra el Milan allá por 1989), tampoco once tíos en pantalones cortos representarán a España por muy roja que sea la camiseta. Preocupémonos de tonterías y patrias varias mientras el Sr. Solbes nos sigue jodiendo vivos.
Soy futbolero, muy futbolero, pero espero no perder el norte ni por patrias ni por los diferentes negocios televisivos.
Pd: Proletarios de todos los paises, ¡unios!